Cuando sumergimos la Shungit en el agua, tanto del grifo como mineral, la transforma en agua vibratoriamente elevada y purificada, ya que sanea y dosifica el agua.
Nos rehidrata mucho mejor, así como a los animales y plantas. Posee unas propiedades bactericidas naturales.
Cuando consumimos regularmente esta agua reactivada por los fullerenes de la Shungit, un cambio se opera en nosotros, un fenómeno de desintoxicación celular se produce en un primer momento.
Algunas patologías crónicas, como las alergias, se pueden corregir, mejorando día a día.
Esta piedra absorbe y elimina lo que resulta nocivo para las personas y seres vivos.
El agua tratada con Shungit ayuda a luchar contra enfermedades, el estado general mejora y el estrés disminuye.
Alivia dolores de cabeza, de espalda, reuma, normaliza el sueño, estabiliza la presión arterial y aumenta la vitalidad, tanto de vivir como la sexual.
Aporta mejoras en las enfermedades de la piel, incluso se han realizado con éxitos ensayos para reducir la caida del pelo.
A día de hoy, los científicos siguen trabajando en descubrir más sobre los fullerenes de la Shungit para encontrar un remedio al Cáncer.
Podríamos estar ante una forma de Homeopatía Mineral.
Procedimiento a la purificación del agua de Shungit:
– Shungit en bruto:
100 GRS de Shungit (lavar las piedras previamente para quitar el hollín, no tóxico) depositarlas en una botella de cristal, con un litro de agua mineral o de grifo.
Dejar reposar durante 72 horas para que la Shungit trabaje en el agua.
Pasado los tres días, trasladar el agua purificada a otro recipiente de cristal para proceder a ir bebiendola, se aconseja en el desayuno y cena.
Seguir el procedimiento de purificación del agua en la botella de cristal que contien las piedras de Shungit. Sus propiedades duran 5 meses.
-Shungit Cristalizada:
Contiene una vibración mucho más alta y sus propiedades aumentan considerablemente.
Realizamos el mismo procedimiento anteriormente señalado, pero con 10 GRS de Shungit Cristalizada y dejar reposar solo durante 12 horas.
La Shungit reactiva nuestra propia inteligencia celular, así podríamos entender que somos nosotros mismos los que nos sanamos.