Celestina

La celestina fue descubierta en 1781 en Sicilia por el geólogo francés Dolomieu, que la denominó inicialmente estronciana sulfatada. El nombre actual, que deriva del latín caelestis hace referencia al color azul celeste de sus cristales que le fue atribuido por el aleman A. G. Werner en 1798. Sus cristales prismáticos se encuentran en basaltos y pegmatitas o asociados a yeso y azufre. La celestina pura es incolora, pero normalmente contiene impurezas que le dan una gran variedad de colores, siendo el más frecuente el azul celeste causado por la irradiación de trazas de oro en su estructura.

Etimología
El nombre de Celestina procede del vocablo griego “celestis”, celestial, en referencia al color azulado del espécimen.
Mineralogía
  • Dureza: 3-3,5
  • Color: Azul claro, incoloro, amarillento
  • La Raya: Blanca
  • Lustre: Vítreo o Perlado
  • Francura: Irregular
Yacimientos
Madagascar, USA, Africa, algunas zonas de Europa y China. En España encontramos celestinas en Jaén y Alicante.
Propiedades
La celestina tiene una elevada vibración y es una profesora de la Nueva Era. Está imbuida de energías divinas, te permite contactar con los reinos angélicos además de llevarte a la paz infinita espiritual. Es muy útil para estimular la comunicación clarividente, el recuerdo de los sueños y los viajes fuera del cuerpo. Sana el aura y aporta equilibrio y creatividad. Psicológicamente te imparte una fuerza suave y mucha paz interior a la vez que te ayuda a abrirte a nuevas experiencias. Mentalmente te ayuda a calmarte, dispersando las preocupaciones promoviendo la claridad mental y una comunicación fluida. A nivel curativo, al ser un cristal azul, es eficaz para abrir y sanar el chacra de la garganta. Sitúala en el lugar adecuado en el cuerpo, para meditar o para leer la bola de cristal. En el tercer ojo te ayudará a abrir una conexión con las energías universales y, si pones una gran pieza de celestina en la habitación, ésta elevará sus vibraciones.
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