La dieta alcalina de desintoxicación, también conocida como dieta del pH, se ha popularizado en los últimos años debido a los beneficios que aporta a nuestro organismo.Sin embargo, su descubrimiento se remonta muchos años atrás cuando en 1865 el biólogo y médico Claude Bernard apostó porque el equilibrio del cuerpo no fuese alterado por factores externos. Asimismo, en 1907 el médico Howard afirmaba que el nivel de acidez del cuerpo, provocado por los cambios en las costumbres de alimentación, era el responsable de determinadas enfermedades.
El origen de nuestra salud se encuentra en el pH de la sangre,es decir, el índice que mide su acidez o alcalinidad en una escala del 0 al 14. Justo en medio, en el pH 7, se encuentra el equilibrio perfecto (el famoso pH neutro). Por debajo de este índice, nos encontraríamos en un entorno ácido, y por encima en uno básico.
Puede estar provocado por diversos factores como la contaminación atmosférica, los malos hábitos alimenticios o el estrés. Estos acidifican el cuerpo, modifican el pH y hacen que la sangre obtenga los nutrientes necesarios del resto de órganos.
Cuando esto ocurre y se produce un desequilibrio en los nutrientes, nuestro organismo reacciona con cansancio, problemas digestivos, en las uñas, en el pelo, etc. que si no se atienden pueden derivar en enfermedades aún más graves.
Por el contrario, si mantenemos nuestro cuerpo en su estado natural, ligeramente alcalino (con el pH por encima de 7), lo estaremos protegiendo frente a enfermedades.
La importancia de la alimentación alcalina
Los alimentos que consumimos afectan directamente a la alcalinidad del cuerpo.
La orina es el indicador que muestra nuestra capacidad de depuración y de equilibrar nuestro medio interno. Por este motivo, los alimentos se suelen clasificar entre los que aumentan la acidez o la alcalinidad de la orina.
Por lo general se recomienda moderar el consumo de los alimentos acidificantes y darle un mayor protagonismo a los alimentos alcalinizantes.